jueves, 28 de febrero de 2008

A continuacion les publico la experiencia de una persona que a participado del ritual de yage y lo cuenta (disponible en http://desdealgunlugardelarealidad.blogspot.com/2006/05/viaje-yaje.html):
Me arriesgué a hacerlo, aún sabiendo el temor que me producía verme a mi misma, desprotegida y con la posibilidad de no saber de qué manera reaccionaría. Pero lo hice como un gran reto para visionar mis miedos, mis temores y observarme a mi mísma más allá de cualquier presión o tedio. Y fué supremamente desconcertante. Al principio, cuando el taita preguntó por si estabamos listos, yo me preocupé, pues pensé que no estaba lo suficientemente lista, aunque no reaccioné negativamente a ese miedo, que ya dentro de mí sucumbia. Entonces empezó el ritual. Cómo describir las sensaciones, todo lo que uno puede llegar a pensar en ése momento. Difícil hacerlo. Por eso trataré de sólo comentar un poco, acerca de una de las más grandes experiencias que he tenido en mi vida. Cuando tome la bebida sagrada, una sensación extraña me recorrió por todo el cuerpo. Me senté un rato. Cada cual guardó silencio. Yo cerré mis ojos, y bajo el sonido de la lluvia que caía en ese momento y el ruido que producían los insectos de la noche y algunos pájaros, empecé a concentrarme. Pedí permiso a todas mis fuerzas por abandonar en ése momento la inmediatez de mi conciencia. Entonces me acosté. Después de un rato - pues no podíamos quedarnos dormidos -, empecé a sentir que la planta (savia por mi cuerpo) hacia efecto en mí. Y fué una sensación totalmente indescriptible. Algo que ni los propios sentidos se pueden imaginar. No era algo que creo uno puede sentir con los alucinógenos comerciales. Era algo totalmente espiritual y sagrado, a lo cual sentí un respeto y al mismo tiempo un temor enorme. Sentí que ya no había vuelta atrás y que tenía de ahora en adelante - lo que restaba de la noche y madrugada -, hacerle frente a lo que podía ver, sentir y escuchar. Fué entonces cuando empecé a ver cosas muy extrañas, algo que concientemente no se puede explicar. Y la sensación de levedad, de sentir que te vas, que el cuerpo se estira, que oyes todo lo que sucede dentro de tí, porque el oido se agudiza. Se empieza a oír todo en forma de eco, y empecé a escuchar muchas voces, y entonces se te paraliza el pensamiento, sentí un miedo enorme. Pero lo manejé, y es lo mejor, porque a pesar de tener miedo, uno siente una paz enorme. Oí muchas cosas, me hablaron de muchas formas y ví muchas otras. El fin no es explicarlo. Luego cuando pude evacuar el yaje de mi cuerpo, entonces me sentí supremamente tranquila. Aunque el efecto aún no pasaba, cuando le conté todo al taita, él me dijo que lo que había visto en mi le había gustado mucho. Eso tampoco lo voy a decir. Simplemente, fué algo sorprendente para mí. Ver la presencia de ese hombre emplumado, escuchar su voz y el rito, fué una experiencia completamente relevante en mí. Siempre había escuchado a muchos, los efectos de la planta y no coincido con aquellos que lo hacen simplemente por experimentar sin una necesidad espiritual de fondo. Yo la tenía, y quedé totalmente plena. Y lo volveré a hacer. Lo recomiendo para aquellas personas que buscan muchas respuestas y tienen inquietudes espirituales o de sanación. De lo contrario pasaría como un simple y mero momento de alucinación y fascinación. Pero como dice el taita, las visiones no son para todos, afortunadamente yo las pude tener y me siento privilegiada por ello.

No hay comentarios: